Los Personajes
Estragón
Escribir, describir, contar, hablar, decir que pienso, como lo veo, que es, quien es, Estragón. Realmente no sé cómo empezar, porque cada vez que escucho su nombre se me vienen diferentes imágenes y sensaciones a la cabeza pero con lo que más lo conecto es con la inocencia, creo que es como un niño y es muy raro porque en mi cabeza no cabe que una persona adulta pueda hacer lo que hace un niño, al menos no con la misma naturalidad que la haría un chiquillo, pero este personaje es así, actúa como si fuera un pequeño y frágil niño, buscando atención.
Cada vez que me pongo a trabajar este personaje, y lo pienso se me viene a la cabeza y al cuerpo una ternura infantil, es sentir y mirarlo allí diciendo lo que piensa y lo que siente en el momento, que luego quizá después de un rato lo olvide, curioseando constantemente su entorno y preguntando el porqué de las cosas que le llaman la atención y rechazando todo aquello que no le gusta y desagrada, intentando aclarar sus visiones de un futuro incierto y haciendo preguntas de porqués que nadie sabe o no quieren contestar.
Algo que también me agrada mucho sobre este personaje es la facilidad con la que puede conectarse con las personas, no es de esos sujetos que analizan mucho a alguien para darle la mano o brindarle una palabra cariñosa de aliento, amistad o amor, creo que solo percibe a las personas y se brinda integro sin disfraz ni preocupación, y lo disfruta, se entrega sin importarle, ni pensar en las consecuencias, favorables o hirientes que a la larga puedan tener.
Y a pesar de todo esto es un poco variante, porque solo se sabe, o él sabe y se da cuenta del largo tiempo que ha recorrido en su vida cuando piensa en el pasado, aunque creo que eso nos pasa a todos, siempre que miramos al pasado, a esa lejanía que creíamos pisoteada, olvidada, enterrada, y que por momentos hemos sacado a flote, por alguna extraña razón nos sentimos viejos y actuamos como tales, mientras que cuando solo vivimos nuestro presente nos dedicamos a disfrutar y sentir esa vivacidad que nos llena de energía y que puede ser tan fugaz.
Como todo niño necesita alguien que lo cuide, su querido Vladimir. Yo siento que este es un personaje que lo intenta contralar pero de todos modos no lo logra, es como cuando vemos al hermano mayor intentando corregir al menor como si fuera un padre, pero no lo logra, porque simplemente nunca lo veremos como un superior sino como un igual. Y como dicen por allí todos necesitamos nuestro complemento, a pesar de ser diferentes, este par Didi y Gogo se apoyan mutuamente, dejando diferencias, intentando acallar deseos, pero siempre se tendrán el uno al otro para poder seguir.
Cual niño travieso y vivaz el juega y a mí me encanta que él pueda jugar en el espacio donde se encuentra y cuando sus travesuras se realizan estas no solo lo afectan a él sino también al resto físicamente y sicológicamente variando o modificando de alguna manera en los seres que transitan por los caminos de su espera.
A la final creo que nadie sabe concretamente que o a quien espera, en la vida uno muchas veces simplemente espera, sin darnos cuenta esperamos, a crecer, a soñar, a viajar, a sentir, a amar, a morir, a vivir, al dolor, la felicidad, etc. Todo se puede esperar, pero las esperas en solitario son tan desesperantes que siempre jalamos a alguien con nosotros y los usamos como botes salvavidas, sin importarnos quizá que la otra persona pueda esperar otra cosa en un camino totalmente diferente.
Creo que eso pasó con estos personajes, se lanzaron juntos a un mar que ninguno conocía y del que nadie sabe dónde queda la orilla, y están allí juntos esperando a que llegue un salvador desconocido que los pueda ayudar, nadie sabrá que pudo haber pasado si no se juntaban, nadie sabrá si era mejor que se marcharan y no esperaran, nadie sabrá si cada uno pudo forjar su propia felicidad solo, ahora solo están, esperando pero están.
Respecto al proceso de creación que hemos llevado diré que lo he disfrutado y he aprendido mucho de la vida y en especial de mi misma. Todo el proceso ha sido muy gratificante y divertido, porque he jugado mucho, me he confundido, enojado, cuestionado y aclarado, y aunque he recibido unas cuantas cachetadas de realidad que me han servido para analizar y dejarme pensando por momentos en el transitar de mi vida, siento en realidad que esta obra muestra las cotidianidades de gentes comunes plasmadas en personajes que intentan lograr sus objetivos de vida, vidas que a pesar de estar juntas no deberían andar por el mismo camino.
Es extraño pero me siento muy identificada con él, la obra y su mundo, esto no significa que me sienta una niña sin sentido, sino que veo que siempre estoy buscándome, buscando, preguntando y queriendo conocer, intentando creer que todo puede estar mejor, o quizá no, dudando, jugando, la gente diría que con tanta cosa en mi cabeza estoy loca, pero yo creo que no basta con estar cuerdo. Lo que ahora si se, es que si encuentro a alguien en mi camino aprovecharé y disfrutaré hasta cuando quiera andar a mi lado, sino es esa su decisión lo dejaré andar lejos de mi o le marcaré otro camino en el que pueda andar hasta poderse guiar solo o hasta que su camino vuelva a cruzarse con el mío.
Paola Elizabeth Chalco Loya
Vladimir
Al principio los personajes son seres sin cuerpo esperando a ser descifrados y encarnados, pero cuando un personaje llega a la vida del actor, parece que el azar sonriera y se sentara a esperar a que su obra de frutos tanto en el interior del actor, como en lo que respecta a toda la estética de una obra. Al principio el texto propone elementos básicos que orientan el trabajo hacia una estética, sin embargo, dentro del teatro, la estética resultante no se apreciará sino hasta cuando la obra esté montada y pueda ser saboreada por la sensibilidad del espectador. El azar que mencionamos anteriormente nace de la intuición, y, aunque haya intereses previos en el actor o director, sólo la búsqueda a través del tiempo develará y construirá la estética completa y los personajes en general. Así, el personaje no es solo un ser que vive en escena gratuitamente, sino un elemento del todo que es el discurso de la puesta en escena. El personaje es una actitud frente a la vida, atravesada por una cultura, y a la vez un concepto del contexto en el que viven los actores y el director. Esta reflexión debe ser procesada por el actor profundamente. Pero, el actor nunca debe perder de vista el disfrute de la humanidad de su personaje, puesto qué, a pesar de que el actor, como creador, se desempeña dentro de un concepto, ciertos paradigmas y un discurso claro puesto que el arte es filosófico, no se puede olvidar que el arte, ante todo, es humano.
El construir un personaje, cualquiera que este sea, nos abre puertas desconocidas. El personaje nos recuerda que somos seres inexplicables, nos permite encontrar algo de nosotros mismos y estar en constante búsqueda tanto actoral como humanamente porque nos obliga a no aferrarnos a la construcción que tenemos de nosotros mismos. La construcción es un proceso lleno de crisis y frustraciones, pero sobretodo, de descubrimiento y metamorfosis. Finalmente, al culminar este proceso, el resultado será variable, pero el actor no será el mismo que cuando empezó la búsqueda.
El teatro es el arte que más cambia a los sujetos que participan dentro de él. En todo arte es imprescindible permitirse destruir la autoconstrucción y exteriorizar mundos internos, pero la ventaja del teatro es que uno se sube al escenario lleno de sus valores, sus emociones, su pensamiento y su cuerpo, esto permite que uno mire dentro de sí y entienda cuan importante es lo otro. Esto no significa que creamos que el mundo es solo luz y bondad, el mundo es verdaderamente cruel, apesta, duele, da rabia, y lo peor de todo es que hace daño envuelto en una cáscara de bondad. Nosotros somos parte de ese mundo, también somos criaturas crueles y oscuras, pero en medio de toda esa oscuridad podemos encontrar algo bello, no solo parte de nosotros como individuos, sino, de la humanidad entera.
El proceso de construcción de este personaje y de toda la obra, ha sido precisamente basado en una búsqueda en las grietas de la conciencia cotidiana, en los sentimientos negativos, en el veneno, en las grietas de un todo supuestamente perfecto. No hay personaje alguno en esta obra que no salga del lado oscuro y, al ser individuos de periferia, no podía brindárseles sino una “estética de periferia”.
Este personaje en particular es complejo por las corrientes filosóficas que lo engendran. Vladimir es el ser absurdo por excelencia, un pedazo de existencia que se extingue en un soplo, un ser contradictorio, complejo, voluble, está lleno de defectos, de dolores, de conciencia. El encarnar este personaje es dejarse atrapar por la pugna de ver y el estar ciego al mismo tiempo, de tener la capacidad de percibir los matices de la luna llena, los sitios oscuros de las almas que ostentan poder y al tiempo no poder reír y escapar del sabor del presente.
Vladimir es un ser que oscila entre el cinismo y la melancolía, el dolor corporal y la fantasía, huye de la realidad idealizando a un ser impreciso, alimentando la esperanza dolorosa, respirando despacio para conservar la compostura mientras camina, sin avanzar, hacia una utopía en la que nadie cree. El personaje es como un ave que vuela pero no sabe cómo aterrizar; la tierra duele, la realidad duele, pero, la incapacidad de encontrar la calma envuelta en las tinieblas de dolor, es lo verdaderamente trágico.
La soledad baila tentándolo y aterrándolo mientras que los placeres mentales y una relación insegura son un buen camino para deshacerse de los impulsos tentadores que se escurren en la delicada línea entre la vida y la muerte. Vladimir se pretende dominante y calculador pero su alma horrorizada lame sus heridas, incapaz de curarlas. Tras la cara violenta y fría, se conmociona al descubrir lo que siente, pero cuando lo descubre, nota que un pedazo de él se ha roto en lo profundo y, ahogando gritos, inspira un aire frío que le hace olvidar su angustia. Mira el cielo, luego el camino y, en espera de alguien que recoja los pedazos punzantes que quedan de sí mismo, no se mueve. Mientras espera, se nutre de una esperanza cálida que busca entre sus profundidades pero sabe que solo estaría perdido y vulnerable. Fuera de estas complejidades internas y como cable a tierra está Estragón, quien consciente o inconscientemente, recoge los pedazos del ánimo desecho que su amigo ha abandonado sin darse cuenta, Vladimir lo sabe, pero no quiere admitirlo, depende más de su compañero que éste de él. Ambos personajes viven un círculo vicioso y masoquista que engendra una amorfa alegría, ambos son frágiles y al estar juntos un calor se engendra en el frío de sus vidas. Vladimir es un personaje de sentimientos profundos, de mente inquieta y de cuerpo añejado por el sufrimiento.
Vladimir es el más cercano a los valores sociales y eso lo hace un personaje en perpetua contradicción. En primer lugar está la real condición de vida, la pobreza, el desamparo; por otro lado está el deseo de conservar el orden y el decoro, pero de todos modos, este personaje tiene una ventaja que otros no tienen, la esperanza. Vladimir cree en el ser humano, cree en la utopía.
Estragón y Vladimir muestran una curva extraña en la línea del tiempo, parecen estar atrapados en una situación que no debió ser, a veces da la tentación de pensar que, si hubieran sido felices y tomado caminos más escabrosos o luminosos en lugar de obligarse a detenerse, quizá Vladimir sería un genio creativo y Estragón un ser propositivo cuyas acciones e ideas sean escuchadas. Pero, como es común en nuestro medio, aquellos que son distintos, o que simplemente no entran en los valores de “lo bueno”, son desechados al olvido y desaparecen en medio de la cotidianidad y los laberintos de la memoria.
En el caso de este personaje, el público da lecturas que lo relacionan con la nobleza, la autosuficiencia, el exagerado orgullo e incluso la soberbia, pero lo que suele desencajar al público es el desenlace del personaje. Y, propuesto como imagen final del montaje, este deceso puede ser estudiado usando como recurso el Lautremont de Bachelard. El autor encuentra en la animalidad el paso a un impulso que a su vez genera una metamorfosis, éste es un proceso no racional, vital y poseedor de una violencia pura que permite generar nuevos psiquismos. La metamorfosis puede ser lenta o dinámica dependiendo de las ganas de vivir, si esta es lenta las ganas de vivir se agotan, si es dinámica, sucede lo contrario. Vladimir es entonces un personaje de metamorfosis lenta. A lo largo de la obra Vladimir va perdiendo la esperanza, la noticia del muchacho y, por sobretodo su carta, hacen que este personaje pierda por completo los deseos de vivir. La razón de vida de Vladimir está completamente orientada a Godot, sin este ser, el personaje no existe y la única solución es el suicidio. Bachelard menciona además que el escapar de la animalidad lleva a la destrucción, y, como podemos ver en la obra, Vladimir es el personaje menos llevado a la animalidad, por eso se destruye sin posibilidad de recuperación.
Desde otro punto de vista, apoyados en el Origen de la Tragedia, se puede considerar que Vladimir es una especie de representación del héroe trágico, es filosófico, ordenado, digno, direccionado a lo apolíneo, mientras que, su contraparte Estragón, representaría al coro, la parte desordenada, dionisíaca. Por este motivo Estragón está más ligado a la risa, motor de la poesía, a la fiesta y a la valoración del cuerpo. Este personaje alivia la tensión. Vladimir es un personaje que genera tensión, no se abre a lo corporal sino a lo mental, sostiene el orden y no se abre a la fiesta. Estas dos tendencias generan tensión y por ende conflicto, logrando que lo pesado y deprimente sea tan fuerte como lo risible y ligero. Vladimir es el cuerpo que muere y Estragón el que nace.
Estas dos teorías hablan de cierto cinismo propio del personaje y ese rasgo es una de las características que más se disfrutan. Cínicos somos en un mundo que no nos quiere de otra manera, pero la alegría se cuela entre nuestros dolores y con este personaje, como actor, es posible encontrar la felicidad en las espinas.
Como fue señalado anterioridad, en esta obra se ha propuesto, como ya se a mencionado, una estética de periferia donde el texto es la base de la cual se parte, pero es la puesta en escena la que realmente termina comunicándose con el espectador. La estética manejada en la obra araña la sensibilidad de manera cruel, perturba los sentidos e incluso genera rechazo; pues este trabajo busca lo imperfecto y lo oscuro.
Nuestra sociedad está viviendo procesos antinaturales de deshumanización, el cuerpo pierde su vitalidad y los seres humanos nos vamos volviendo seres de perfección artificial, y siendo que nuestra naturaleza es violentada tan vilmente, por qué no responder con una violencia directa que saque al público de su comodidad usando personajes de periferia. Éstos son muy humanos e imperfectos; no son cobijados por una historia sino por una circunstancia, son seres que nadie desea ver y además no pueden salir de escena, están “obligados” a ser vistos pero sobretodo, el público está “condenado” a verlos. Dentro de estas circunstancias y dirigiéndose a un público acostumbrado a los valores ligados a la perfección, esta obra es cruel, burlona y sádica al hablar de lo imperfecto.
Al trabajar una obra de tal magnificencia como es Esperando a Godot, surgen cuestionamientos que nos permiten rever nuestras propias vidas, abrir y cerrar puertas que cuestionan nuestra existencia.
Llegar a disfrutar el sabor agrio de este complejo personaje, implica aceptar que vivimos en un mundo que no tiene norte ni sur, que olvida aquello que debe recordar y visibiliza solo aquello que supone estar bien. Ahondar en la psicología de Vladimir implica pensar en la impotencia, en el querer sacarse los ojos para no ver y saberse pequeño, dominado por poderosos paradigmas arrastrados de tiempos anteriores, pero, al mismo tiempo implica percibir sensaciones que parecen ajenas, maravillarse en un mundo de sueños y permitirse reír de la desgracia.
La realidad da la cara riéndose burlonamente de nosotros; por eso, tal vez la forma más sencilla de tolerarla es burlarse de ella, reír cuando se quiere llorar. El humor negro parece cruel, pero el sentir que Didi sufre en las tablas y muy pocas veces halla la calma, mientras sus gritos ahogados se vuelven risas ajenas, puede ser el verdadero consuelo. Entonces aquellas risas que vibran en heridas abiertas posiblemente son la cura de las mismas.
A veces parece que las lágrimas fueran la sangre del alma y en esta sociedad que nos desea inmunes a cualquier debilidad o equivocación, estas lágrimas se vuelven opresivas. El teatro de absurdo es de las formas de arte que permiten combinar las dos sensaciones, permiten percibir un pinchazo agudo pero también reírse de la desgracia ajena. Los seres humanos somos crueles, se nos obliga a creer que debemos ser buenos pero no hay quien jamás haya sido brutal con otro y que sea un ejemplo de pureza y bondad, la crueldad es parte de nuestro instinto de supervivencia. También somos capaces de sentir cosas maravillosas y superar el egoísmo propio de nuestra especie, sin embargo, crueles o inocentes, venenosos o puros lo importante es vernos en el otro y como el otro, no para juzgarnos, sino para entender que todos somos igual de vulnerables, igual de humanos. Puede ser incluso que en el error se encuentre la respuesta a muchas preguntas, a veces perdemos el tiempo buscando la perfección cuando ésta no existe, buscando la verdad cuando se escapa de las manos, obligándonos a ser seres imposibles sin sentido, pero es precisamente en el error donde se conoce también la belleza humana y todas las capacidades que sorprenden y acogen.
Verdaderamente vivimos una época de crisis donde un sistema incoherente solo busca destruirnos para alimentar, con nuestros esfuerzos, su figura abstracta que promete poder, prosperidad y un futuro mejor, haciendo ver al presente como el producto positivo, producto de un pasado menos agradable; cuando en realidad el futuro no promete solo prosperidad tecnológica y la pretensión de cercanía a la perfección, en realidad también oculta depresión y desnaturalización del ser.
En medio de todos estos puntos que juegan en nuestra contra, el arte es una forma de develar y por momentos de escapar de toda esa violencia hipócrita. El arte es un instrumento cuestionador del que podemos valernos para buscar la libertad individual y desenvolvernos sin todos los miedos que se nos imponen desde que nacemos. Quizá hoy no se pueda hablar de el arte por el arte, porque ahora el discurso importa muchísimo y, aunque el arte no tiene una función practica, su función cuestionadora puede perturbar valores y abrir dudas, logrando así que el espectador sea un actante menos pasivo.
El montaje suele ser una creación particularmente del director, mientras que el actor puede ser incluso una pieza más del creador, pero el actor es un ser con vivencias propias que puede aportar de manera valiosa a la obra. Así, el actor es también un creador tanto de su personaje como de la obra. En este proceso, los actores hemos tenido la libertad de romper con el montaje, haciendo que el director vea concretados los impulsos e intuiciones que muchas veces se quedan en el actor. El director percibe las acciones del actor como un espectador más, profundizando así su trabajo creativo. La libertad del actor es una propuesta que nos ha hecho notar cuán presos podemos estar.
El personaje es, entonces, una posibilidad de disfrute interpretativo y además un pretexto para hablar de nuestras profundidades.
Como intérpretes debemos tener en cuenta que las acciones, en el caso de los actores, la palabra, en el caso del autor y las imágenes, en el caso del director, no son simples formas sin contenido, son, como diría Hegel, apariencia y algo más. El dramaturgo propone un texto e incluso ciertas acciones, pero ante todo habla de lugares comunes del procede humano y es eso precisamente lo que se debe conservar. Durante este proceso se ha recibido mucho la crítica de “traicionar al actor”, pero si se emplean los lugares comunes como base estructural no se está traicionando a nadie, por el contrario se está resignificando y acercando los conceptos al presente y al diario vivir. El arte, a mi parecer, debe estar en constante movimiento y en busca de la destrucción para reconstruir. Y los personajes de Esperando a Godot han sido puntos de partida para un proceso investigativo del que hacer escénico.
BIBLIOGRAFÍA:
BACHELARD, Gaston, Lautréamont, Editorial Fondo de Cultura Económica, México D.F.- México, Primera edición en español, 2005, pp. 143
BECKETT, Samuel, Esperando a Godot, Editorial Fábula Tusquets, Barcelona-España, 2ª edición, 1998, pp: 155
CAMUS, Albert, El mito de Sísifo, Alianza Editorial, Madrid-España, primera edición 1981, nueva traducción 1999, pp179
CRUZ, María Elena, Lo bello en Hegel, Texto inédito, Quito-Ecuador, pp: 6
HEGEL, Lecciones de Estética,Ed: Pléyade, Buenos Aires Argentina, 1977,pp: 143
NIETZSCHE, Federico, El Origen de la tragedia, Proyecto Espartaco, pp:107, PDF
SARTRE, Jean-Paul, La Naúsea, Alianza Editorial, Buenos Aires-Argentina, 1983, pp:282
Diana Salomé Benalcázar Astudillo
Lucky
EN SAYO SOBRE EL PERSONAJE Y LA OBRA
“La música es la interpretación armónica de sonidos y silencios” hago alusión a esta frase ya que para mi esto es Godot, una música ensordecedora con silencios escalofriantes que nos llevan a pensar en el vacio, en esa sensación extraña de no saber donde empiezan las cosa ni donde acaban, es ese espacio de tiempo sostenido que nos llevan a pensar que quizás la vida es solo un espacio de silencio dentro de otro igual al que yo lo llamo teatro.
Uno de los personajes que hace que el silencio cobre importancia dentro de un mundo caótico lleno de incomunicación es lucky (en nuestra propuesta es el esclavo de un mendigo) el personaje que se a convertido en mi otro yo, es el que ha sacado de mí el lado oscuro al que me negaba aceptar , en realidad es el silencio que no lograba escuchar pero que ahora se ha vuelto mi música favorita, ahora siento que he despertado, mejor dicho lucky a despertado en mi parte no vista desde un mundo moderno que no se acepta como es ,sino solo la pintura al oleo que nos muestran de una forma maquillada la realidad.
Este personaje en realidad me a llevado a mirar la otra cara de la moneda , a mirar la parte que no habla de la sociedad, los que no tiene derechos y lógicamente para la modernidad lo que no debería existir, he aquí la importancia de la palabra y la imagen, el significado y el significante que hace que podamos reflexionar sobre lo dicho y visto, y mas aun el reflexionar sobre lo dicho de alguien que nunca pudo hablar, en este punto siento que todos estamos atados de pies y manos ya que los que hemos sido lastimados, violados de nuestra libertad de expresarnos y callados de todas las formas ,ni siquiera hemos tenido la capacidad de darnos cuenta al creer que legitimándonos como “ciudadanos” somos parte de un algo, es decir el problema con respecto a las sociedades es creer que se esta “progresando” cuando en realidad solamente solo somos victimas de un aparataje muy bien elaborado en el cual legitimamos en el poder no a gente que mire por el resto sino a simpáticos¡¡como dice mi padre en este país no se vota por el que ofrece, sino por el que menos roba.
Hago alusión al poder ya que eso es lo que significa Pozzo (el dueño del mendigo)este es el que oprime, el que no mira por los demás sino solamente por sus intereses políticos , el que azota con un látigo a lucky y el encargado de poner “orden” y lógicamente el que siempre esta legitimándose como dueño absoluto de todo lo que pisa y lo que roba, entre ellos esta lucky que viene ha ser un objeto es decir aquí se ve claramente en lo que nos hemos convertido con la modernidad, solamente en humanos deshumanizados desde la época renacentista (hombres y engranajes -1951-E.S santos lugares) Las formas de pensamiento lógicamente han cambiando ,hoy en día nadie mira por el resto solamente por el bien de uno , esta postura individualista ha hecho que no accionemos y que solo demos puntos de vista acerca de lo que esta sucediendo con otras personas, hago alusión ha esto ya que viene a ser una decisión política, que podemos ver cuando lucky es maltratado y la mirada impávida del resto con respecto al otro, esto afirma que en verdad solamente somos objetos que poco a poco queremos ocultar una realidad vigente, sobre todo en nuestros pueblos latinoamericanos globalizados y segados por tantas ilusiones baratas que valiéndose de recursos tecnológicos ,visuales, auditivos etc. han hecho que el ser humano viva en un mundo real a partir de mundos virtuales, es decir todo al alcance de nuestras manos pero tras de una pantalla.
El teatro que proponemos por su parte se niega a ser visto desde lejos es decir desde el sitio de comodidad en el que solamente miramos el espectáculo, sino, quiere interpelar de formas más directas a un público segado por toda esta escala de valores, he aquí la importancia del sentido del olfato ( “esta obra huele a mierda”-Adriana Oña).en un principio mi propia escala de valores con respecto a una interpelación olfativa me llego a conflictual tanto a mi mismo que no podía dejar de sentir nauseas y sentir como mis ojos se iban aguando con el olor putrefacto de las tripas de pescado que tenia en mis manos(olor del mendigo lucky) lógicamente esto responde a una valoración, hoy en día queremos negar absolutamente todo lo que nos resulta “feo, desaseado, inculto, ignorante” adjetivaciones con la que nos referimos cotidianamente. En la actualidad le hemos dado tanta importancia al formato de simulación “el ocultarnos”, la no aceptación de lo imperfectos que somos, de esto lógicamente se han valido el mercado para sacar los mas eficaces fragancias, eliminadores de malos olores, ni la medicina se ha escapado al prometer rejuvenecer a la gente, cambiarles el rostro, el cuerpo etc. ¿La pregunta es para que? La respuesta es simple, legitimarse en una sociedad como icono de “progreso” dándole rienda suelta a una época de consumo en la que el sistema capitalista es el que manda.
En la obra yo me bajo al publico y les ofrezco una flor (en otras improviso algo o solo paso) lógicamente la mayoría de personas perciben rápidamente el olor muchos la toman otros no, otros perciben la flor que no tiene un olor agradable y la botan, otros huyen del teatro y vuelven, otros no vuelven. Esta es nada más que una acción política que interpela y topa la escala de valores del público de una forma radical, aquí nacen muchas preguntas ¿hasta donde somos capaces de no mirar la realidad? ¿Acaso Latinoamérica no huele a esto? ¿Acaso nuestra utopía es querer parecernos a algo que no somos? ¿Hasta donde somos capaces de aceptarnos como somos? Etc. Y así un millón de preguntas sobre las cuales reflexionar con respecto a nuestras realidades.
Otro recurso que con el caminar fui encontrando sobre todo en la creación de mi personaje es que de a poco se iba semejando a Cristo, es mas cambie mi cabello a rastas y me las colocaba de tal forma que parecían una corona de espinas, cuando entraba realizaba 3 caídas, el momento del monologo lo decía mientras cargaba un palo como si estuviese siendo crucificado, luego caía al piso y formamos la imagen de la piedad , mucha gente en realidad si logro mirar estas construcciones que lógicamente están en nuestro inconsciente ya que como sabemos en Latinoamérica se vivió un proceso de sincretismo en la cual se uso mucho el recurso de la imagen visual, ya sean pinturas, esculturas, o representaciones mismas (auto sacramentales) para de esta forma poder evangelizar a nuestros pueblos y de esta forma poder cumplir también con el proceso de conquista, hago alusión a esto ya que es algo que no puedo pasar por alto y que también fue un impulso para crear a mi personaje, de esta manera también recordar a las personas esta forma esquemática y doctrinal de creer en un dios impuesto. En mi propuesta yo plantee la vida de Jesús no vista como el típico héroe (griego) que murió por todos sino como el ser humano que sufre se enoja y reclama a Dios por la condición de frustración esto sobretodo se ve en el monologo de lucky ya que es aquí donde creamos esta imagen poética al reclamar de una forma ascendente hasta llegar al grito, y luego al grito sin grito que es mas fuerte aun visualmente , hasta llegar a su muerte y luego a su resurrección cuando se levanta y se da cuenta que es un hombre libre por medio del conocimiento , esto en realidad es algo interesante de analizar sobre todo porque es verdad, mucha de las personas que no hemos tenido acceso al conocimiento de alguna forma vivimos atados a cosas que no son ciertas vivimos de lo que el resto dice y es hasta paradójico, hay un pasaje en la biblia que dice “ mi pueblo perece por falta de conocimiento” y eso es justamente lo que nos ocurre a nosotros con la religión, la política y el resto de sinónimos de poder al que todos los días le estamos rindiendo homenajes y reverencias.
Otro de los recursos que encontramos sobre mi personaje y sobre los cuales fuimos indagando cosas fue con respecto al tema de la ruptura a partir del desorden, esto lógicamente hizo que muchas personas en el teatro lleguen a pensar que es un error, por el mismo hecho que tenemos metidos en la cabeza unas formas de hacer teatro, pero cuando jugamos con variables y conceptos a tal punto de llegan a descuadrarnos en nuestras propias formas esto hace que pase exactamente lo que queremos, romper con nosotros mismo a tal punto de llegar a preocuparnos pero cuando entendemos que no es mas que una barrera mental, que solamente le tenemos temor al que dirá el resto de colegas hemos entendido que no nos interesa lo que diga la institución arte “el arte es para develar cosas, no para que me digan lo bien que actuó” como dice mi profesor “si no nos acercamos a mirar desdeel filo de lo que parece ser un abismo jamás sabremos lo que hay del otro lado , quizá nos encontremos con un pequeño sendero o quizá nos topemos con la muerte” y muchas veces me sucedió, entendí a partir de la equivocación y hasta había veces que con mis compañeros encontramos imágenes sublimes y también me equivoque de las formas mas escalofriantes en las que llegaba a pensar que quizá no naci para y hacer esto , lo mas importante es darse cuenta, si algo aprendí es que el error no es malo (concepción cristianizada del bien y el mal) sino que es una oportunidad para indagar y buscar hasta las ultimas consecuencias; Gracias a este desorden pudimos entender que el teatro no solo es bonito sino que muestra la vida desde todos sus puntos de vista hasta que convivimos con el error constante, y así también quisimos compartir al publico una escena en la que arrojamos todas las cosas por todas partes para crear el caos y de esta forma subvertir el orden , nosotros lo llamamos “la alegría en medio de la crisis” es decir buscar la alegría a pesar de todo , a pesar de los tropiezos, a pesar de las caídas, y a pesar de los maltratos no perder la fe , seguir creyendo en que hay algo mas grande que no se compara con el dinero ni con el reconocimiento sino simplemente ser feliz, quizá esta escena es una de las que mas me enseño como ser humano, porque me enseño sobre la vida y el no morir a lo que uno cree, a pensar que el teatro para un actor es el oasis donde no hay reglas donde nosotros encontramos la libertad creativa , imaginativa y donde nuestros sueños no van a morir nunca “el oasis del actor es el teatro”
Cristian Isaías Valle Portilla